El ciclón impactó con vientos de hasta 165 kilómetros por hora. Hubo inundaciones repentinas y catastróficas en Alabama y en Florida.
El huracán Sally tocó tierra esta mañana en el sur de Alabama, en Estados Unidos, con vientos que alcanzaron los 165 kilómetros por hora y una marejada ciclónica que produjo inundaciones en ese estado y el noroeste de Florida.
«Estamos teniendo inundaciones récord, tal vez en niveles históricos», dijo la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, y agregó que «con la crecida aumenta el riesgo de perder propiedades y vidas», según reportó la agencia de noticias AFP.
La gobernadora pidió a los ciudadanos que «desalojen si las condiciones lo permiten y busquen refugio en algún otro lugar hoy».
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) confirmó que Sally, de categoría 2 en una escala de 5, tocó tierra a las 09.45 GMT (6.45 hora argentina), a una velocidad de 3,2 kilómetros por hora y con fuertes vientos que amenazan los estados de Alabama, Misisipi y Florida.
«Inundaciones catastróficas y amenazantes para las vidas están ocurriendo sobre sectores del noroeste de Florida y el sur de Alabama», escribió en su último boletín.
Algunas de las peores inundaciones tenían lugar en Pensacola, una pequeña localidad costera de cerca de 52.000 habitantes.
Los cortes del suministro eléctrico se iniciaron antes del impacto y, según PowerOutage.com, hay más de 217.000 clientes en Florida, más de 275.000 en Alabama y unos 9.700 en Mississippi afectados, según informó la agencia de noticias EFE.
«Las carreteras e intersecciones inundadas, junto a los peligrosos escombros en las carreteras, son demasiado numerosos para enumerarlos», tuiteó la Policía de Pensacola.
Desde antes de que Sally tocara tierra, el CNH señaló que se estaban desarrollando «inundaciones repentinas y catastróficas» desde el oeste de Tallahasse, capital de Florida, hasta la bahía de Mobile, en Alabama.
Además de la marejada ciclónica en la costa es posible que en los ríos de la zona se produzcan desbordes e inundaciones de moderadas a mayores.
En el patrón de trayectoria del NHC, el centro de Sally cruzará el sureste de Alabama y el extremo noroccidental de Florida todavía como huracán y el jueves pasará degradado a tormenta tropical sobre la parte central de Georgia para terminar como depresión en la costa de las Carolinas.
Los vientos con fuerza de huracán de Sally se extienden a 40 millas (65 km) de su centro y los vientos de tormenta tropical (más débiles) hasta 125 millas (205 km).
Especialistas precisaron que desde 1971 que no se daba un fenómeno como el actual, en el que se registran cinco ciclones activos en el Océano Atlántico.
La gobernadora de Alabama había comunicado a los residentes que aunque se haya debilitado, «el huracán Sally no debe ser menospreciado», y agregó: “Veremos inundaciones récord que quizás superen niveles históricos. Y con esa mayor cantidad de agua, vendrán mayores riesgos de pérdidas de vidas y propiedades».
La funcionaria decretó el estado de emergencia para Alabama el lunes pasado, en tanto en declaraciones a la prensa el presidente estadounidense, Donald Trump, comparó a Sally con el huracán Laura, que azotó Texas y Luisiana, así como el Caribe, hace unas semanas atrás.
«Este es más pequeño y más directo, pero tenemos todo bajo control», apuntó el primer mandatario.
Tate Reeves, gobernador de Misisipi, aseguró que «las proyecciones de marejadas ciclónicas continúan siendo preocupantes, con marejadas costeras de entre cinco y ocho pies (1,5 a 2,4 metros)» y remarcó que “seguimos muy preocupados por la cantidad de lluvia».