A raíz de la invasión rusa de Ucrania, tanto Finlandia como Suecia decidieron pasar página a su política de no alineamiento militar en vigor desde los años 90.

El Parlamento de Finlandia aprobó este miércoles con una abrumadora mayoría el ingreso a la OTAN, para lo cual es indispensable la venia de Hungría y de Turquía. A raíz de la invasión rusa de Ucrania, Finlandia y Suecia decidieron pasar página a su política de no alineamiento militar en vigor desde los años 90, heredera de décadas de neutralidad, y se postularon a la OTAN en mayo de 2022.
Los diputados finlandeses aprobaron por 184 votos a favor y siete en contra una ley que permite la entrada del país en la alianza militar. El ministro finlandés de Defensa, Antti Kaikkonen, celebró «un paso importante en el camino hacia la OTAN» y agregó que «la seguridad de la OTAN es una causa común».
Con las elecciones del dos de abril en el horizonte cercano en Finlandia, el gobierno de la primera ministra saliente Sanna Marin quería evitar todo tipo de vacío político para poder entrar en la OTAN una vez que consiga el acuerdo de húngaros y turcos.
El ingreso a la alianza atlántica contó con el respaldo casi unánime de los partidos finlandeses, incluso de aquellos que eran contrarios a la alianza antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Solo un puñado de diputados de extrema izquierda y extrema derecha votaron en contra, invocando entre otras cuestiones la falta de garantías de que no se instale armamento nuclear en el territorio.
La aprobación de la ley finlandesa no significa que el país integre automáticamente la alianza militar una vez que obtenga la ratificación de Hungría y Turquía. Pero al menos fija un calendario claro: tras su adopción, el presidente finlandés Sauli Niinistö, que se declaró favorable, dispone de un máximo de tres meses para firmarla.
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