El hecho ocurrió este domingo, cuando el hombre ingresó al recinto disfrazado, simulando ser una persona con movilidad reducida en silla de ruedas.

Después del “atentado” en el que un joven lanzó un “tortazo” contra “La Gioconda”, el museo del Louvre (Francia) inició la demanda contra el agresor. El hecho ocurrió este domingo, cuando el hombre ingresó al recinto disfrazado, simulando ser una persona con movilidad reducida en silla de ruedas.
La noticia se conoció en las últimas horas de este lunes. El museo del Louvre interpuso una demanda contra el individuo que este domingo lanzó una torta, la que impactó contra el cristal que protege a “La Gioconda” de Leonardo Da Vinci. Fuentes del lugar indicaron que “el Louvre aplicó el procedimiento habitual previsto para personas con movilidad reducida, permitiéndole admirar esta obra mayor del Louvre”.
Al aprovecharse de esa situación, el agresor se ubicó cerca del cuadro y lanzó una torta que había escondido entre sus objetos personales. Afortunadamente no provocó daños en el cuadro, ya que se encuentra protegida por un cristal antibalas. “El individuo fue inmediatamente agarrado y evacuado por los agentes de seguridad y después entregado a la policía, que acudió al recinto”, añadieron fuentes locales.
En varios vídeos publicados por los visitantes en redes sociales, se ve a un individuo en silla de ruedas, con peluca y gorra, siendo conducido al exterior de la sala por el personal de seguridad mientras grita: “Pensad en la Tierra. Hay gente que está destrozando el planeta. Es por ello que he hecho esto”, expresó el autor del ataque mientras es llevado afuera del museo por personal de seguridad.
El lienzo, de principios del siglo XVI, es uno de los principales reclamos del Louvre que recientemente hizo obras en la sala donde se expone para poner orden en las aglomeraciones que suelen darse ante la Mona Lisa.
Fue este cristal lo que permitió proteger la obra, que ha sido víctima de otros ataques, como cuando un hombre lanzó una taza contra ella, en 2009, o cuando en 1974 fue prestado a Japón y una mujer intentó destrozarlo con un aerosol rojo.
El cristal se colocó precisamente para evitar las agresiones contra la obra, que en 1957 sufrió un ligero daño después de que un visitante boliviano le lanzara una piedra: “Tenía una piedra en el bolsillo y de pronto me vino a la cabeza la idea”, dijo entonces el hombre en el diario Le Monde.